El contenido y el propósito de los test de inteligencia han cambiado considerablemente con el tiempo, pero su sistema de puntuación ha sido más o menos consistente. Normalmente se puntúan de dos formas.
El primer método se basa en la edad del individuo. La edad mental de la persona se divide por su edad cronológica y luego se multiplica por 100. El segundo método, que es el más utilizado actualmente, se basa en un proceso de estandarización. Se administró la misma prueba a una muestra representativa de la población, teniendo en cuenta la edad, la cultura y la educación, y su puntuación se utilizó para establecer un valor de CI promedio y estándar para la población general.
A pesar de su enfoque distinto, ambos métodos están de acuerdo con establecer 100 como la puntuación promedia y mediana del CI, con una desviación estándar de 15 para ajustarse a una curva de distribución normal en forma de campana.
Aproximadamente el 68% de las puntuaciones de los test de CI están entre 85 y 115 valores, lo que significa que se encuentran dentro de las desviaciones estándar del CI promedio. Este porcentaje aumenta para el 95% si consideramos las puntuaciones entre 70 y 130. Debido a este alto porcentaje, algunas escalas de inteligencia clasifican las puntuaciones entre 70 y 85 como promedio bajo y aquellas entre 115 y 130 como promedio alto.
La curva de distribución de puntuaciones de CI también muestra que solo un pequeño porcentaje de personas logra un resultado superior a 130 o inferior a 70. Mientras que los valores superiores a 130 indican una inteligencia avanzada, aquellos inferiores a 70 pueden ser un indicador de una discapacidad de aprendizaje o de un problema de desarrollo.
Existen diferentes tipos de pruebas de CI, pero la mayoría está pensada para medir la inteligencia cristalizada y fluida. La inteligencia cristalizada se refiere al conocimiento y a las capacidades que un individuo adquiere a lo largo de su vida, mientras que la inteligencia fluida es lo mismo que la capacidad cognitiva general, es decir, la capacidad de razonar y pensar lógicamente, reconocer patrones, hacer inferencias y aprender cosas nuevas.
La inteligencia cristalizada tiende a aumentar con el tiempo, mientras que la inteligencia fluida tiende a disminuir, ya que las capacidades cerebrales se deterioran con la edad.
Para medir estos tipos de inteligencia, las pruebas de CI se dividen en subpruebas o conjuntos de ejercicios diseñados para evaluar habilidades específicas. La mayoría de las pruebas incluyen ejercicios que evalúan la comprensión verbal, la inteligencia espacial-visual, matemáticas, capacidad de concentración, razonamiento y memoria. Cada subprueba también se puede administrar individualmente.
Por qué las pruebas de coeficiente intelectual no son una ciencia exacta
El CI promedio de 100 es producto de un proceso de estandarización. Todos los resultados de las pruebas de coeficiente intelectual son una estimación de la inteligencia de alguien en comparación con otras personas. Es imposible que sea una medida precisa ya que hay varios factores que pueden influir en esos mismos resultados.
Por ejemplo, como se ha mencionado anteriormente, una puntuación de CI inferior a 70 puede ser un indicador de una discapacidad de aprendizaje o de un problema de desarrollo, dos cuestiones muy diferentes que la prueba no puede determinar.
Una discapacidad de aprendizaje implica que el individuo tiene una inteligencia fluida estándar, pero puede tener un problema cognitivo que dificulta su capacidad para retener y aprender nueva información. Esto no lo hace menos inteligente que los demás, solo indica que puede ser necesario un enfoque de aprendizaje diferente para desarrollar su inteligencia cristalizada. Por lo tanto, los resultados de su coeficiente intelectual pueden ser una falacia, ya que la prueba no fue diseñada para tomar en cuenta su condición individual.
Los diferentes países tienen diferentes puntuaciones promedias de CI. Por ejemplo, el CI promedio en los Estados Unidos y en España es 98, mientras que Singapur y Hong Kong tienen las puntuaciones de CI más altas: 108. Por el contrario, el CI promedio es más bajo en los países menos desarrollados. En Camerún, la puntuación media es de 65, en Mozambique es de 64 y en Guinea Ecuatorial es de 59, por ejemplo.
Estos resultados han llevado a varias opiniones controvertidas dentro de la comunidad científica, con algunos científicos defendiendo una explicación eugenesia (y, por lo tanto, racialmente sesgada) de estas diferencias.
Sin embargo, por la forma como las pruebas de CI están pensadas, la gran mayoría de los científicos están de acuerdo en que la raza y el género no tienen una influencia significativa en los resultados. En cambio, factores como la educación, la salud, la cultura, la nutrición y el entorno del individuo tienen un papel e influencia mucho más importantes. Además, estos factores están interconectados y afectan directamente tanto a la inteligencia cristalizada como a la fluida.
Es más probable que alguien con fácil acceso a la educación o con una carrera académica tenga una inteligencia cristalizada superior. Una buena nutrición y salud conduce a un cuerpo y cerebro más sanos, mejorando su desempeño. Un entorno tranquilo y seguro también es fundamental para un buen rendimiento cognitivo. La cultura, por otro lado, tiene un papel importante en la promoción o prevención del aprendizaje y en la motivación del individuo en la búsqueda de más conocimientos. Además, la cultura también influye en la forma como se entiende la realidad y el funcionamiento del mundo.
La importancia de estos factores es frecuentemente utilizada para explicar el aumento de las puntuaciones de CI promedio en muchas partes del mundo desde 1900. Este fenómeno también se conoce como el "efecto Flynn", en honor a James Flynn, el primer científico que percibió estos cambios. Cabe señalar que es ahora más fácil acceder a una educación formal, las vacunas y la atención médica han mejorado la salud de las personas e incluso la dieta es hoy más nutritiva y diversificada.
¡Para nada! El CI promedio existe precisamente porque la gran mayoría de la población (entre el 68 y el 95% dependiendo de cómo se interpreta el concepto de promedio) también tiene este nivel de coeficiente intelectual. La mayoría de los médicos tienen un coeficiente intelectual promedio, la mayoría de los maestros, profesores, artistas talentosos, científicos, inventores, personas con un nivel de conocimiento e intelecto increíbles, que son maestros en su oficio y excepcionales en lo que hacen. Su coeficiente intelectual promedio no les impidió tener éxito y no disminuye sus logros de ninguna manera.
Tener un coeficiente intelectual alto no es sinónimo de éxito. Simplemente significa que la persona puede o ha logrado un buen resultado en los ejercicios de la prueba. Sin embargo, hay mucho más en la vida y en un individuo de lo que se analiza en una prueba de CI.