Alfred Binet fue un psicólogo francés que es hoy conocido como el padre de los test de coeficiente intelectual. Nacido en 1857, Binet se graduó en la facultad de derecho y estudió ciencias y psicología en la Sorbona. Su formación académica lo llevó a convertirse en investigador en el Hospital Salpêtrière, una reconocida clínica neurológica, y en 1891 se incorporó al Laboratorio de Psicología Experimental de la Sorbona como investigador y luego como director desde 1984 hasta 1911, año de su muerte.
Interesado en estudiar más científicamente la psicología de los niños, Binet se propuso la tarea de desarrollar una herramienta que pudiera ayudar a medir la inteligencia. Trabajando en estrecha colaboración con el gobierno francés, el objetivo era identificar a los niños con problemas de aprendizaje y luego estudiar cómo ayudarlos a mejorar sus resultados escolares.
Con este propósito, Binet y Theodore Simon, su investigador asociado, desarrollaron la escala de inteligencia Binet-Simon, considerado como el primer test de coeficiente intelectual de la historia.
El test Binet-Simon se considera precursor de los test de CI porque fue el primero en centrarse en la memoria y en el razonamiento en lugar de las materias aprendidas. Incluía elementos destinados a evaluar las habilidades de resolución de problemas, la memoria a corto plazo, la capacidad de seguir instrucciones y la atención.
Los resultados del CI se lograban comparando la edad mental del niño y con su edad cronológica. Por ejemplo, un niño con una edad mental de 6 y una edad cronológica de 6 tendría una puntuación de 6,0.
Para encontrar la edad mental, los investigadores aplicaron la prueba a niños a los que consideraban tener un desarrollo cognitivo mental normal y anotaron las preguntas que cada grupo de edad pudo responder con éxito. Luego, al administrar el test a los niños que se creía que tenían un deterioro cognitivo o una discapacidad de aprendizaje, se calculaba su edad mental comparándola con estas notas.
Así, al hacer el test de Binet-Simon, un niño tendría una edad mental de 6, por ejemplo, si fuera capaz de contestar correctamente todas las preguntas que aciertan los niños “normales” de 6 años, pero nada más.
A pesar de ser reconocido por sus avances en el estudio de la inteligencia, Binet jamás ha estado satisfecho con su trabajo y siempre ha reconocido las fallas en la escala de Binet-Simon.
Asumía que su test era un débil intento de comprender la inteligencia, ya que esta sería tan compleja que era prácticamente imposible medirla cuantitativamente. También argumentaba que la inteligencia no se basaba solo en la genética y que podía verse influida por muchos factores ambientales. Por esa razón, sugirió que su test de coeficiente intelectual sería más preciso si se administrara a niños con los mismos antecedentes.
El test Stanford-Binet, como se lo conoce más comúnmente, fue desarrollado a principios del siglo XX por Lewis Terman.
Terman, psicólogo de la Universidad de Stanford (de ahí el Stanford en Stanford-Binet), revisó el test original de Binet traduciéndolo del francés al inglés y adaptando algunos de los ítems a la realidad americana. También cambió el sistema de calificación al introducir el término cociente de inteligencia (CI) y la fórmula CI = edad mental/edad cronológica x 100, lo que hizo que los resultados fueran más fáciles de leer y comparar.
Apoyado en la teoría de la eugenesia que estaba muy difundida en los EE. UU. en ese momento, el Stanford-Binet se promocionó y se hizo popular en todo el país y se aplicó en las escuelas e incluso en el ejército como una herramienta de reclutamiento respaldada por el gobierno de los EE. UU.
El primer test Stanford-Binet se publicó en 1916 y fue posteriormente revisado. La segunda edición se publicó en 1932 y fue revisada por Terman y Maud Merrill para enfatizar las preguntas no verbales y reducir el peso de la memoria, así como para introducir un método de puntuación más objetivado. El rango de edad de la prueba también se incrementó para incluir a niños de 1 año y medio a 18 años.
La tercera edición, publicada por Merrill en 1960, introdujo el uso de la desviación del coeficiente intelectual. La cuarta edición, publicada en 1986 y dirigida por Robert Thorndike tras el retiro de Merrill, ajustó la edad de la escala de inteligencia de Stanford-Binet a individuos entre los 2 y los 23 años y cambió la estructura del test a 15 subtest.
La versión actual del test Stanford-Binet se publicó en 2003 bajo la dirección de Gale Roid.
Esta versión revisada, también llamada SB5, se puede ahora administrar a niños y adultos por igual, y está dirigida a personas de 2 a 82 años. La prueba se divide en dominios verbales y no verbales y contiene 10 subtest que evalúan la memoria a corto plazo, la inteligencia fluida, el razonamiento espacial-visual, el conocimiento cristalizado y el conocimiento cuantitativo.
Además, la edición SB5 está estandarizada, lo que permite una medida de inteligencia más confiable. La estandarización utilizó 4800 personas de diferentes edades, sexo, razas, etnias, niveles socioeconómicos y regiones geográficas, en proporción a las cifras del Censo de EE. UU. de 2001. También se incluyeron en la muestra personas superdotadas, así como aquellas con problemas de aprendizaje.
El Stanford-Binet sigue siendo uno de los test de CI más comúnmente administrados en la actualidad, ya que la quinta edición introdujo cambios que resolvieron muchas de las críticas que enfrentaron las versiones anteriores. Cuando lo administran psicólogos privados calificados, sus puntuaciones son también aceptadas por muchas sociedades de coeficiente intelectual, incluida Mensa.